Lunes 31 de enero de 2012
Prensa Latina
El Consejo de Seguridad vuelve a ser hoy escenario de una cruda ofensiva occidental a favor de un "cambio de régimen" en Siria, experiencia aplicada en Libia el año pasado.
La magnitud de las presiones en busca de una resolución que abra las puertas a esa posibilidad está dada por la presencia aquí de los jefes de las diplomacias de Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña, tres de los cinco miembros permanentes de ese órgano principal de la ONU.
Hillary Clinton, Alain Juppé y William Hague participarán esta tarde en una sesión del Consejo de Seguridad en defensa de un proyecto de documento que demanda la salida del poder del presidente sirio, Bashar al-Assad.
El texto también autoriza la adopción de "otras medidas" contra el gobierno de Damasco si no cumple con las exigencias del órgano en un plazo de 15 días.
Para la reunión de este martes también viajaron a Nueva York el secretario de la Liga Árabe, Nabil al-Arabi, y el primer ministro de Catar, Sheij Hamad bin Yasim al Thani, cuyo país promueve una intervención militar árabe en Siria.
Al-Arabi informará en la reunión sobre los resultados de la misión de observadores de la Liga Árabe que trabajó en Siria desde diciembre pasado.
La semana pasada, esa organización anunció que mantendría sus representantes en territorio sirio, pero poco después se retractó y decidió retirarla con el pretexto de un mayor deterioro de la seguridad.
La acometida occidental contra Siria cuenta hasta ahora con una férrea oposición de Rusia, otro miembro permanente del Consejo de Seguridad con derecho de veto.
Moscú ya anunció su oposición al proyecto occidental, aunque sin precisar cómo votará (veto o abstención), e insiste en evitar las sanciones y la eventualidad de una intervención extranjera contra ese Estado árabe y avanzar hacia un arreglo político del conflicto.
En octubre del año pasado, Rusia y China vetaron otro texto de condena a las autoridades sirias.
En el caso de Libia, Moscú y Beijing optaron por la abstención, lo que permitió la adopción del documento promovido por Estados Unidos y sus aliados europeos, que fue utilizado para la campaña militar de la OTAN y la posterior caída del gobierno.
Para su aprobación, las resoluciones del Consejo de Seguridad requieren el voto positivo de nueve de sus 15 integrantes y ninguno negativo de los cinco miembros permanentes (veto).
En círculos diplomáticos de la ONU se afirma que la iniciativa antisiria cuenta con 10 sufragios a favor, entre ellos Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Alemania, Portugal, Colombia, Guatemala y Marruecos.
Los restantes escaños de esa instancia están ocupados por Rusia, China, Suráfrica, India, Togo, Azerbaiyán y Pakistán.