por Martin Hacthoun
Con el registro y autorización para funcionar de cuatro partidos de la oposición interna, Siria ratifica su marcha hacia el pluralismo democrático y el multipartidismo que, según protagonistas del proceso de reformas, fortalecerá la unidad nacional.

Las dos agrupaciones que recibieron la autorización para funcionar son el Partido al-Ansar y el Partido Democrático al-Talieh, informó el ministro del Interior, teniente general Mohammad al-Shaar, quien supervisa los trabajos del Comité de Asuntos Políticos, designado por el mandatario para estudiar y aprobar las solicitudes de nuevas organizaciones.
Los otros dos registrados con anterioridad son el Partido Solidaridad y el Partido Democrático Sirio, mientras en primera instancia está aprobado el denominado Partido de la Juventud Nacional por la Justicia y el Desarrollo.
Los documentos de otros tres partidos, por el Desarrollo Nacional, el Democrático de Solidaridad Árabe y el Nacional Democrático de Solidaridad, están siendo estudiados. Al-Shaar dijo que el número de organizaciones que han solicitado ser registradas asciende a 20.
Uno de los acápites claves en el borrador de la Constitución es la eliminación del Artículo VIII del código aún vigente desde 1973, el cual estipula que el gobernante Partido al-Baath es el único con preponderancia en la vida política del país.
"O sea, con la nueva carta magna perdería esa condición y tendrá que entrar en el juego político con el resto de los partidos, y ajustarse a una nueva realidad", señaló a Prensa Latina Kadri Jamil, uno de los integrantes del Comité Constitucional. A la vez, Jamil es el presidente de una de las organizaciones de la oposición nacional, el Partido de la Voluntad Popular, cuya autorización está siendo estudiada y a la cual describe como marxista-leninista, e integra junto al Partido Nacional Social y otros 30 comités el denominado Frente Popular para el Cambio y la Liberación del Golán, explicó.
Aseguró que su partido cuenta con más de 10 mil miembros en todo el país y recibe a diario decenas de solicitudes de membresía.
Señaló que el Comité Constitucional estudió a fondo los preceptos que deben conformar el Estado democrático, el pluralismo, el código electoral, las normas para las administraciones locales, la independencia necesaria de la justicia, así como otros principios básicos.
Otra de las recomendaciones de ese panel en su propuesta constitucional es limitar el período presidencial a un máximo de dos mandatos de siete años.
Esto resulta relevante en un país que ha sido gobernado durante cuatro décadas, primero por Hafez al-Assad, de 1971 al 2000, y después por su hijo Bashar que respetó la línea política de su padre aunque introdujo reformas de apertura económica, algunas de marcado carácter neoliberal.
Jamil divide la oposición siria en dos categorías: los grupos patrióticos y los no patrióticos, en estos ubica, por ejemplo, al Consejo Nacional Sirio creado en Estambul en medio de la crisis con apoyo de Estados Unidos y sus aliados europeos, en especial Francia, y el beneplácito de Turquía.
Esos grupos a los que identifica como no patrióticos favorecen la intervención armada en Siria, y no tienen base ni popular, ni reconocimiento público dentro del país, y solo cuentan con el abierto respaldo de las potencias occidentales que los utiliza, y el velado apoyo de Israel, asevera el político.
En el fuero interno -indicó- existen agrupaciones que se sitúan a la izquierda del espectro político, como la que dirige, y otras a la derecha.
La intervención militar derrocaría a un hombre y a su gabinete, pero prevalecería el mismo régimen y sistema, incluso más caótico. "No queremos cometer los mismos errores que en Libia y otros países que han experimentado estas convulsiones", alertó el político opositor, quien ha recibido -dice- amenazas de muerte de grupos en el exterior por no sumarse a ellos.
Jamil fue uno de los miembros de la delegación de la oposición nacional que fue atacada en El Cairo por partidarios del llamado Consejo de Estambul, cuando viajó allí para reunirse con el secretario de la Liga Árabe, Nabil al-Arabi.
El Partido de la Buena Voluntad -apuntó- desea un cambio en las políticas económicas y sociales, en un mayor beneficio del pueblo que se ha visto afligido particularmente en los últimos cinco años por los efectos de las reformas de apertura neoliberal emprendidas por el Gobierno.
Argumentó que la pobreza ha crecido el 30 por ciento y se ha ampliado el abismo entre ricos y pobres.
También se lamentó de que las actuales autoridades permitieran que se enquistara la corrupción, lo cual ha generado mucho rechazo en la población. Se refirió a individuos que han aprovechado sus cargos o influencias para lucrar de forma inescrupulosa, censuró.
Igualmente, añadió, se cometieron otros errores como en el manejo de las protestas iniciales en el que se usó un exceso de fuerza y eso creó un mayor malestar, lo cual fue manipulado por los adversarios de Siria en la actual campaña de interferencia extranjera.
Y para empeorar la situación elementos violentos salafistas y extremistas de la Hermandad Musulmana, respaldados desde el exterior, se han infiltrado en el país desde Jordania, Líbano y Turquía, denunció.
Estimó que la causa de los acontecimientos en Siria, no está ajena a la crisis global que se manifiesta desde los Indignados en Madrid, el Movimiento Ocupar Wall Street y las recesiones en Grecia, Italia y otros países de la hasta ahora sólida Europea.
Consideró no obstante que en los últimos meses el gobierno sirio comenzó a actuar de una mejor forma, y ha respondido a los reclamos y demandas de la población e inició el proceso de reformas el cual considera honesto y saludable para el futuro del país.
En su opinión, Siria comienza a adentrarse a un nuevo capítulo de sus historia política, pero lamenta que Estados Unidos y los adversarios de Damasco lo ignoren, como también los medios occidentales que lo silencian.
Jamil es partidario de una plataforma que fomente la reconciliación nacional, compense a todas las personas y familias que han sufrido y perdido sus bienes y parientes en la crisis, y reforme todos los aspectos de la economía y la sociedad en beneficio del pueblo y el país.