miércoles, 11 de abril de 2012

El incidente fronterizo que amenaza la paz turco-siria

Miércoles 11 de abril de 2012
por Alejandro Haddad

En la jornada del lunes, miembros del ejército regular sirio dispararon desde su frontera, a un campo de refugiados instalado en Turquía. En el ataque inter-fronterizo resultaron muertas dos personas y otras diecinueve fueron heridas, entre ellas una enfermera turca.

La reacción del gobierno turco no se hizo esperar. Su primer ministro dio a entender que respondería militarmente a la agresión.

Acuerdo roto

El ataque del ejército sirio fue considerado como un elemento que da por tierra al acuerdo alcanzado por ese país y Kofi Annan, enviado especial de la ONU y la Liga Árabe a Siria. Mediante ese pacto, tanto los grupos armados opositores al gobierno como las fuerzas leales, harían un alto al fuego el mismo 10 de abril. Para ello, el ejército regular se replegaría de las ciudades y pueblos al tiempo que los grupos opositores cesarían con sus ataques.

Los días previos a la expiración del tiempo límite para cumplir con lo acordado, el gobierno sirio acusó a los rebeldes de seguir nutriéndose de armamento provisto por países como Turquía. Al mismo tiempo los grupos opositores acusaron a la administración de Bachar al Asad de persistir con sus bombardeos.

El día 8 de abril, dos días antes del plazo establecido en el acuerdo para el cese al fuego, un comunicado del Ministerio de relaciones exteriores de Siria aseguraba que sus fuerzas no se retirarían de las ciudades “ya que Kofi Annan no tiene todavía garantías escritas de los grupos terroristas armados para cesar toda la violencia.” Por su parte, el líder del rebelde Ejército Libre Sirio (ELS), coronel Riad al Asaad, había asegurado que “el régimen no pondrá en marcha este plan. Este plan va a fracasar”.

La posición turco-china

Negocios son negocios y abrazan ideas enfrentadas.

El mismo día en que la frontera turco-siria era perforada por disparos de fusiles, el primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan firmaba en China un acuerdo de cooperación nuclear con su homólogo asiático Wen Jiabao. Al tiempo que los trascendidos se limitaban a informar que la cooperación sería “pacífica”, el ministro chino de Asuntos Exteriores, Liu Weimin, se dio el tiempo para hablar sobre Siria y marcar las diferencias que su país tiene respecto a Turquía sobre el tema en boga. Liu aseguró que "aunque ambas partes no comparten completamente la postura con respecto al conflicto [sirio], tienen una posición similar acerca de cómo desarrollar un rol constructivo para la consecución de la paz".

El acuerdo de cooperación “pacífica” fue firmado nueve días después de la reunión mantenida por los autodenominados “amigos de Siria” en la ciudad de Estambul, Turquía. Un mitin auspiciado por el gobierno anfitrión y al que fue invitado el gigante asiático. Pero China rechazó participar de la reunión en la que los 83 países presentes decidieron avalar al denominado Consejo Nacional Sirio (CNS) como "representante de todos los sirios".

Entre tanto, Erdogan afirmó que está a favor de “una sola China”. El comentario estuvo relacionado al supuesto apoyo del primer ministro turco a una zona de ese país, cuya población es musulmana [igual que él y la mayoría del pueblo turco] y brega por su independencia. Se trata de la región Xinjiang  natural del pueblo uigur, emparentado con comunidades de Asia central como los kazajos. Precisamente en Xinjiang actúan varios grupos independentistas que reclaman la creación de un "Turkestán Oriental", lo cual le valió el mote de terroristas por el gobierno chino. Las represalias tomadas por ese gobierno con los uigures fueron consideradas en su momento por Erdogan como de “genocidas”.

Volviendo a Siria

El gobierno turco, que desde su nacimiento como República -fundada sobre los escombros del imperio Otomano- hostiga al pueblo kurdo restringiéndoles el uso de su lengua, cercenando su cultura y prohibiéndoles sus vestimentas tradicionales, se ocupó con atención de reivindicar a los rebeldes que se oponen al gobierno sirio precisamente por mayores libertades. En ese sentido, Erdogan se apresuró a sugerir a Bachar al Asad que renuncie, para luego acoger a la oposición siria en el extranjero y auspiciar la reunión de los Amigos de Siria el primer día de este mes. No obstante, Erdogan fue acusado por la administración siria de proveer de armas y entrenamiento a los grupos rebeldes.

Turquía, que hasta hace tan solo un año y pocos meses fue aliado de Siria llegando incluso a inaugurar un tres amistoso que unía Damasco con Estambul, fue también su enemigo acérrimo en el año 1998.

En aquella oportunidad, Turquía se desequilibraba en una guerra no declarada con la guerrilla kurda del PKK (Partido de los trabajadores del Kurdistán) cuyo máximo referente, Obdullah Ocalan, permanecía refugiado en Siria. La postura de Turquía fue clara: Siria debía expulsar a Ocalan de tal modo que pudieran apresarlo. De no hacerlo, Turquía cerraría las compuertas del embalse Ataturk emplazado sobre el río Éufrates, dejando sin agua a su vecino del sur. Como gesto de fraternidad, Turquía desplegó diez mil soldados en la misma frontera perforada por los sirios hace un día.

Entre tanto los kurdos

La memoria suele perderse en las noticias cotidianas. 

El 12 de marzo de 2004 en Qamishli, noreste de Siria, sucedieron enfrentamiento entre árabes y kurdos que asistían a un partido de fútbol. Varias personas resultaron muertas, aparentemente por balas de plomo utilizadas por las fuerzas de seguridad sirias. Al día siguiente, los asistentes a los funerales de aquellos muertos, fueron igualmente reprimidos. Esta actitud resultó varios días de protestas kurdas.

Este año, en la conmemoración de dichas jornadas represivas, estudiantes de la universidad de Salahaddin, en el kurdistán iraquí, declararon no apoyar ni a la oposición siria ni a su gobierno. A unos, por haber sostenido en su momento los argumentos represivos a los kurdos; a los otros, por el ninguneo histórico. Vale recordar que la mayoría de los dos millones de kurdos que habitan dentro de las fronteras sirias, jamás contaron con documentación, por lo cual carecían de derechos elementales como casarse, adquirir inmuebles, cruzar fronteras, etc.

A pesar de su historia, los kurdos sirios no se han levantado en armas ni apoyan el belicismo como forma de acceder a sus derechos siempre postergados ni como mecanismo de resolver las desavenencias políticas.

Como dato aleatorio, la frontera turco-siria guarda en su seno minas anti-personas, las cuales vienen siendo sembradas desde los tiempos de la guerra fría, cuando Siria era apoyada por la URSS y Turquía por el bloque occidental. Las minas, que se han cobrado la vida y las extremidades de miles de personas, en su mayoría kurdos, volvieron a ser protagonistas en el ataque interfronterizo del día de ayer cuando un grupo de personas intentaba evadir las balas del ejército sirio y terminó evadiendo las minas.

Preguntas para qué

“¿Qué debe hacer Turquía ante una violación de la frontera como esta?”, se preguntó desde Pekín el primer ministro turco Erdogan para luego responderse: “Hará lo que cualquier país haría de acuerdo con la legislación internacional. Es nuestro derecho.”

Erdogan, primer ministro de un país cuyo ejército asesinó a 35 mercaderes kurdos penetrando la frontera con Irak el pasado mes de diciembre, aseguró: “esta gente [los refugiados sirios] no está escapando por capricho. Están huyendo de la muerte. No les podemos cerrar las puertas. Les están disparando incluso por la espalda.”

Con este incidente, Turquía podría acogerse al acuerdo de Adana de 1998, firmado entre ambos países que estuvieron a una gota de agua de entrar en guerra. Dicho pacto establecía que ninguno de los dos estados “permitirá que salga actividad alguna de su territorio que ponga en peligro la seguridad y la estabilidad» del otro.

Tal vez la comunidad de países aliados contra Siria encuentren en este episodio un buen motivo para seguir apoyando la guerra y el derramamiento de sangre. En medio queda la paz, amputada como las extremidades de los miles de kurdos y árabes que surcan la frontera turco-siria a diario.