Viernes 20 de abril de 2012
Europa Press
La organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) ha informado este viernes de que el flujo de refugiados que llegan cada día al campamento de Mbéra, en pleno desierto de Mauritania, procedentes de Malí ha pasado de 200 a 1.500 en unas pocas semanas y ha advertido de que los desplazados solo cuentan con una letrina para cada 570 personas y con nueve litros de agua por persona y día, muy por debajo de los estándares humanitarios.

"La presencia de grupos armados y la confusión política en Malí siembran el pánico entre la población", declaró la coordinadora del proyecto de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Mbéra, Elisabetta Maria Faga. Los refugiados son esencialmente familias tuareg procedentes de la región de Tombuctú que "llegan exhaustos tras dos días de viaje en camión", añadió Faga.
En el campo de Mbéra, en pleno corazón del desierto del Sahel y a seis horas de camino del primer hospital de referencia, en Néma, MSF ofrece atención primaria de salud y de salud materna a la población refugiada, así como asistencia nutricional a niños desnutridos. La organización también atiende a la población local a través de varios puestos de salud de la región.
"Un gran número de personas padecen infecciones respiratorias y diarrea por la falta de acceso a agua potable y la exposición a temperaturas extremas y a frecuentes tormentas de arena", explicó el coordinador médico de MSF, Jean-Paul Jemmy.
Cien letrina para 57.000 refugiados
A medida que el número de refugiados aumenta, la respuesta humanitaria se hace cada vez más urgente para mejorar lo antes posible las condiciones de vida en el campo.
Según la organización, "a día de hoy, unos 57.000 refugiados deben compartir cien letrinas y cada uno dispone de nueve litros de agua al día". "Estas condiciones incumplen los estándares humanitarios que exigen 20 litros de agua por persona y día, y una letrina para cada 20 personas", agregó.
"Esperamos la llegada de miles de refugiados más en las próximas semanas", explicó Jemmy. "En estas circunstancias, la ayuda debe ser rápida y eficaz; hay que proveer a los refugiados de cobijo, agua e instalaciones sanitarias, y reforzar de forma global la atención médica de urgencia", concluyó.
Desde febrero, MSF ha realizado más de 8.500 consultas de salud primaria en Fassala y Mbéra (Mauritania) y también ha aportado asistencia a refugiados malienses en Níger y en Burkina Faso. Asimismo, la organización trabaja en el norte de Malí (en Tombuctú, Gao, Kidal y Mopti) y ofrece atención primaria de salud a la población desplazada por los combates.