martes, 27 de marzo de 2012

El efecto bumerán sacude a Malí

Martes 27 de marzo de 2012
por Luis de Vega

Un grupo de militares de rango medio y bajo encabezados por el capitán Amadou Sanogo dió el miércoles un golpe que ha apartado del poder al presidente Amadou Toumani Touré. Argumentaron que este es incapaz de hacer frente a la rebelión tuareg en el norte del país. Una de las primeras consecuencias del alzamiento ha sido sin embargo que los guerrilleros tuaregs han aprovechado el caos reinante para afianzar sus posiciones y avanzar en esas lejanas e inhóspitas provincias alejadas de la capital, Bamako.

Amadou Toumani Touré, presidente depuesto de Malí
Rebeldes independentistas turegs y yihadistas del grupo denominado Ansar Dine (Defensores del Islam), que trata de imponer la sharía (ley islámica), acosan la ciudad de Kidal, capital de una de las tres provincias norteñas sobre las que Bamako no logra imponer su control. Testimonios recogidos de residentes informan de tiroteos en los últimos dos días, según la agencia Reuters. "La ciudad está rodeada", reconoce una fuente oficial que prefiere guardar su anonimato. "El Ejército está en minoría. La captura de Kidal es solo cuestión de tiempo".

"Hoy hemos rechazado un ataque de rebeldes islamistas", dijo una fuente militar a la agenca France Presse. "Estamos cerca de Kidal", añade una fuente del grupo islamista tuareg Ansar Dine.

"El golpe ha creado excelentes condiciones para el fortalecimiento de Al Qaida en Malí" y "es probablemente el mayor regalo para aquellos que buscan crear una nueva nación en Azawad", el territorio de los tuareg, reconoce Andrew McGregor en un informe de Jamestown Foundation, informa Reuters.

El capitán Sanogo ha hecho un llamamiento a los tuaregs para que se sienten en la misma mesa a negociar, según unas declaraciones del jefe golpistas a la BBC.

Nada hace ver sobre el terreno que la Junta Militar que se ha hecho con el poder haya sido capaz de mandar refuerzos que hagan cambiar la situación de incapacidad de la que acusaban al depuesto presidente. Es más, todo apunta a que los millones de euros que llegan a Malí desde el exterior en forma de ayuda y formación militar van a dejar de llegar.

Mientras, Bamako recupera la normalidad, el ritmo cotidiano de sus mercados y transportes públicos, bicicletas y motos en las calles y gasolineras sirviendo combustible. El ritmo de los asaltos y robos que acompañó las horas posteriores al alzamiento ha ido descendiendo mientras la Junta Militar ordena a los soldados que regresen a los cuarteles.