jueves, 29 de marzo de 2012

En Túnez el verdadero problema no es el islamismo, sino el paro

Jueves 29 de marzo de 2012
COPE

Un grupo de jóvenes activistas y 'blogueros' tunecinos ha explicado este martes al ministro español de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, que el principal problema que afronta su país no está en el auge del islamismo moderado, sino en la alta tasa de paro y la falta de perspectivas de futuro, precisamente uno de los detonantes de la revolución que terminó hace más de un año con el régimen de Zine el Abidine Ben Ali.

José Manuel García-Margallo se reunió con blogueros tunecinos
García-Margallo, que terminó el martes una visita oficial de dos días a Túnez, ha afirmado de que "la revolución política debe ir acompañada de una revolución económica y social". "El pueblo espera libertades pero también una mejora de su situación económica", ha afirmado el ministro, que ha alertado de que la miseria económica se convierte precisamente en "caldo de cultivo del islamismo radical".

Europa y Estados Unidos, por tanto, están "no solo en la obligación sino en la exigencia, si no quieren males mayores, de acompañar la revolución".

La decena de jóvenes activistas y 'blogueros' que se han reunido con el ministro en la residencia de la Embajada española han coincidido en señalar que el auge del islamismo moderado en Túnez, que lidera hoy por hoy la coalición de gobierno en el país, no constituye, a pesar del interés que mostramos los europeos en este tema, su principal preocupación.

La 'bloguera' Imen Laamiri aclara que no tienen problemas con el discurso oficial del partido islamista Ennahda, cuyos líderes rechazan incluir la 'sharia' (ley islámica) como fuente fundamental de Derecho en la nueva Constitución y aseguran que no modificarán el Código de Familia, que permite a la mujer tunecina divorciarse, entre otras cosas.

Laamiri reconoce que el problema está en las bases de ese partido, en los barrios de mayoría islamista donde se presiona verbalmente a la mujer para que lleve velo. Pero se muestra convencida de que la sociedad tunecina es bastante progresista y se opondrá a que este tipo de comportamientos se extiendan.

Sin embargo, ella y sus compañeros coinciden en que lo que verdaderamente les preocupa es la situación socioeconómica del país, que ha visto como la tasa de paro pasaba del 14 al 22 por ciento en solo un año.

EEUU más comprometido que Europa

"La imagen que tenéis de Túnez es falsa", explica el activista Slim Ayadi a la prensa española, ante la que denuncia que Europa no abra más sus fronteras a los jóvenes cualificados tunecinos ni les preste tanto apoyo como Estados Unidos. "Estados Unidos te da dinero sin preguntarte quién eres. Los europeos, después de que te presentas, se tiran dos años estudiando tu caso", relata.

El también sostiene que el problema de los jóvenes tunecinos hoy en día "no es solo un problema con los islamistas o los salafistas, sino más bien la existencia de problemas socioeconómicos que hay que resolver" en un momento particularmente complicado porque la crisis económica es mundial.

La abogada Jihen Maatoug sostiene que la crisis económica en España ahondó la crisis en Túnez. Lo puede afirmar con conocimiento de causa, porque ha llevado los casos de algunos de los 1.000 trabajadores tunecinos despedidos sin indemnización por tres empresas españolas que cerraron en Túnez entre 2009 y 2020, dos del sector textil y una del sector hotelero, a las que ha rehusado nombrar amparándose en su secreto profesional.

Karim Mejri, uno de los primeros 'blogueros' que se exilió en Francia y que fue asesor del ministro de Empleo en el primer Gobierno interino tras la caída de Ben Ali, reconoce a Europa Press que la falta de perspectivas para una juventud sobradamente preparada por la falta de empleo no ha cambiado tras la caída del régimen, pero ahora, dice, al menos tienen "libertad de expresión" para quejarse y plantear los problemas que les afectan.

Y no ve la luz al final del túnel. La caída del turismo como consecuencia de la revolución, las huelgas constantes en el sector de la industria de fosfatos y la incapacidad del país para atraer inversiones hasta que la situación política no termine de estabilizarse complica que la economía de Túnez pueda despegar en el corto plazo. Los tunecinos ven en Libia una ventana de oportunidades para hacer negocios, pero más a largo plazo porque, como recuerda Mejri, la guerra allí "aún no ha terminado".

Tras su encuentro con los 'blogueros', el ministro terminará su visita a Túnez con sendas entrevistas con el primer ministro y el presidente de la República, después de que anoche se reuniera con representantes de empresas españolas presentes en el país como Indra o las cadenas hoteleras Iberostar o Riu, para conocer de primera mano sus necesidades y problemas.