Reuters
Bamako - La situación en el norte de Malí es "preocupante". Lo asegura el jefe de los golpistas, el capitán Amadou Haye Sanogo, poco después de que los rebeldes tuaregs del Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad (MNLA) anunciaran la conquista de la estratégica ciudad de Kidal.
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Amadou Haye Sanogo, jefe de los militares golpistas |
Sanogo reclamó más apoyo extranjero en un momento en que todas las principales instituciones internacionales acaban de cerrar el grifo de la ayuda a Bamako a causa del golpe de Estado protagonizado por el propio capitán la semana pasada.
Coletazos del conflicto libio
Malí es una víctima colateral del conflicto libio del año pasado. Entonces muchas armas pudieron llegar al norte del país africano, donde los tuaregs se organizaron y empezaron una ofensiva a gran escala contra Bamako.
Los militares aseguran haberse hecho con el poder precisamente para detener el avance de los separatistas. Pero prácticamente toda la comunidad internacional exige que los golpistas devuelvan el gobierno del país a las autoridades civiles. Los vecinos de Malí, reunidos en la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO), incluso lanzaron un ultimátum de 72 horas, al que Sanogo no ha contestado.
"Nuestro ejército necesita ayuda para salvar a la población civil y preservar la integridad territorial del país", aseguró el líder de la Junta en unos barracones militares en las afueras de Bamako que ahora funcionan como sede de la Presidencia.
Gritos de júbilo
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Rebeldes Tuareg del Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad |
Los independentistas tuareg ya controlan las ciudades de Tesalit y Aguelhoc, en una provincia fronteriza con Argelia. El MNLA comenzó una rebelión el pasado 17 de enero para pedir la independencia de Azawad, una región aproximadamente del tamaño de Alemania y España juntas.
Desde Bamako acusan a los combatientes tuareg de contar con el apoyo de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), de ex combatientes del depuesto Muamar al Gadafi y de traficantes de droga. El conflicto -que ha causado alrededor de 200.000 desplazados y numerosos muertos- provocó un malestar en el seno del Ejército que originó el golpe de estado del 22 de marzo. Irónicamente, los rebeldes han logrado su mayor éxito con la toma de Kidal precisamente durante el gobierno de los militares.