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Mujeres a un lado. Hombres a otro. Ellas, casi todas cubiertas por el "niqab", prenda rigorista que las tapa de pies a cabeza. Ellos, barbudos en su gran mayoría y arbolando banderas islamistas. Así se ha desarrollado la manifestación en la mañana del viernes con la que varios miles de salafistas han presionado a las nuevas autoridades de Túnez para que la "sharía" (ley islámica) sea el pilar sobre el que se asiente la nueva Constitución que se prepara en el país magrebí.

"El pueblo pertenece a dios", "el pueblo quiere la aplicación de la sharía", "no hay constitución sin sharía" o "ni laico ni científico, Túnez es un estado islámico" fueron algunas de las consignas que se gritaron durante la marcha, según la agencia France Presse.
Túnez es el país que sirvió de detonante a la denominada Primavera Árabe. Desterrado el presidente Ben Alí, el país fue escenario de unas elecciones el pasado octubre que ganaron los islamistas moderados de Ennahda (Renacimiento). Este partido domina la Asamblea Constituyente frente a cuya sede se celebró la manifestación y donde los participantes organizaron el rezo del mediodía del viernes, el más importante de la semana.
La protesta de ayer no estaba sin embargo convocada por esta formación, aunque asistieron algunos de sus miembros, sino por el denominado Frente Tunecino de Asociaciones Islámicas. Los salafistas reclaman una interpretación rigorista del Islam y se hallan enfrentados a las corrientes laicas que también reclaman su hueco en el nuevo Túnez.
"El objetivo no es apoyar a Ennahda ni a Hizb Ettahir (partido más extremista que reclama la implantación del califato) ni a los salafistas. Estamos aquí para unir a todos los tunecinos gracias a la sharía", declaró Hajer Boudali, uno de los organizadores a la agencia AFP.
"Reclamamos pacíficamente la aplicación de la sharía en la nueva Constitución. No queremos imponer nada por la fuerza, queremos que el pueblo se convenza a sí mismo de sus principios", dijo Marouan, un comerciante de 24 años al tiempo que se quejaba de la falsa imagen que los medios ofrecen del salafismo y su recurso a la violencia.
El presidente tunecino, Monzef Marzuki, ha advertido en los últimos días a los salafistas que no les tolerará abusos de poder tras el asalto de un campus universitario en la capital.