Reuters/EP
El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, ha alertado este domingo de que proporcionar armas a los insurgentes sublevados contra el régimen del presidente sirio, Bashar al Assad, podría provocar una escalada del conflicto.
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Nuri al Maliki, primer ministro iraquí |
Irak ha mantenido durante toda la crisis siria una posición menos exaltada que la de otros países árabes como Arabia Saudí o Qatar, que defienden abiertamente financiar y armar a los insurgentes.
Además, Irak, de mayoría chií, teme que una desestabilización en Siria podría afectar a su propio equilibrio entre kurdos, chiíes y suníes, especialmente si el régimen de Al Assad, de la minoría alauita, es sustituido por un Gobierno radical suní.
Así, Al Maliki ha criticado la reunión celebrada este domingo en Estambul del llamado Grupo de Amigos de Siria. "Esta conferencia sólo servirá para escuchar otra vez la misma voz que pide armarles", ha indicado.
Este mismo domingo, el ministro de Asuntos Exteriores saudí ha declarado que es una "obligación" armar a los rebeldes, pero el grupo ha apoyado la mediación del enviado especial de la ONU y la Liga Árabe, Kofi Annan.