EFE
Javier Bardem impartió una lección magistral de cine y denuncia por la causa saharaui al presentar ante la Berlinale "Hijos de las nubes. La última colonia", dirigida por Álvaro Longoria.
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Javier Bardem en un campamento de refugiados saharaui |
Ese es el punto de arranque de "Hijos de las nubes. La última colonia", un filme de 110 minutos de duración, que combina el formato documental con imágenes de archivo y fragmentos de animación, donde repasa la historia de esta franja de desierto africano, desde la colonización española hasta hoy.
"Es un conflicto olvidado, que no está con la fuerza que debiera en la agenda internacional", denunció el actor y productor, acompañado de Longoria, en un debate con el público tras el estreno.
Bardem nos conduce en el filme desde las raíces de ese conflicto olvidado hasta la situación actual "de estancamiento de toda solución", indicó el director. La cámara sigue a Bardem, desde 2008 a finales de 2011, por los pasillos de la ONU, los campamentos de refugiados y hasta las puertas de la Moncloa, donde pretende entregar al entonces presidente del gobierno español, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, las cartas de 230,000 españoles en apoyo a la causa.
Políticos como el ex presidente español Felipe González o el ex canciller francés Roland Dumas, o el lingüista y filósofo estadounidense Noam Chomsky analizan el conflicto de intereses estratégicos que pesa sobre el conflicto."La idea del documental surgió de la participación en un festival de cine en el desierto, Fisahara. Ahí decidimos llevar al cine un documental como éste, para trasladar al mundo una realidad que ni siquiera muchos españoles conocen de su antigua colonia", explicó Longoria.
"Hijos de las nubes. La última colonia" recorre, con imágenes de archivo, desde la "Marcha Verde" de 350,000 personas lanzada por Marruecos para ocupar el territorio en 1975 a los sucesivos vaivenes diplomáticos en relación a su estatus político, con intervenciones del ya fallecido rey Hassan II de Marruecos y del monarca español Juan Carlos I."En contra del Sahara se cruzaron, por un lado, los intereses económicos de EEUU y Francia, convertidos en aliados de Marruecos; por el otro, el apoyo de Argelia y Libia al Frente Polisario", expuso.La víctima de ese cruce de intereses es la población saharaui, con sus 200,000 personas subsistiendo en tierra de nadie, en campamentos de refugiados, y un número parecido de exiliados.La voz de estos saharauis está presente en el filme a través de los testimonios de hombres, mujeres y niños de esos campos, sean personajes anónimos o la activista Aminetu Haidar, así como representantes del Frente Polisario.
Compromiso
"Sé que mi presencia pesa mucho sobre el documental. Tal vez podría haberla evitado. No lo hice, porque sé que le doy una proyección que no tendría. Y, no lo olvidemos, también soy su productor", admitió Bardem. El actor acudió a la Berlinale en su condición de famoso comprometido con una causa y limitó su presencia pública al debateque acaparó la atención de los berlineses y de los medios acreditados, dispuestos a captar a una de las presencias internacionales más codiciadas del momento.Bardem compareció acompañado del director de la Berlinale, Dieter Kosslick, y del equipo de su película al completo.